LA EDAD EN NUESTROS OJOS
A medida que nos hacemos mayores nuestra visión se deteriora, comenzamos a notar que nos cuesta realizar tareas cotidianas como leer o conducir, y esto acaba por dificultar nuestro día a día. Por eso es importante mantener revisiones periódicas de nuestra salud visual, lo que nos permite hacer diagnósticos tempranos de posibles patologías que agilizan su tratamiento y resolución.
La mayoría de los problemas visuales tienen una solución rápida y sencilla, siendo en ocasiones tan fácil como poner unas gafas o hidratar el ojo correctamente con unas gotas específicas. Otras veces, incluso en los casos más complicados, solo sería necesaria una intervención quirúrgica simple y ambulatoria.
El desconocimiento y la falta de información en muchas ocasiones es nuestro peor enemigo. Es por todos sabido que los médicos de la sanidad pública están saturados, en ocasiones con más de 50 pacientes al día, por lo que, siendo comprensivos, no les queda tiempo disponible para explicar de forma extensa todo lo que el paciente necesite saber. Esto genera confusión y desinformación, llevando a que muchos pacientes no comprendan su diagnóstico.
Dicho todo esto, le invitamos a que se acerque a nuestra óptica para realizar su examen visual. En nuestras instalaciones nos comprometemos a tomarnos el tiempo necesario en revisar a fondo y de manera minuciosa sus ojos y de responder cualquier duda o pregunta que le pueda surgir respecto a su salud ocular. Podrá comprobar de primera mano que la cercanía con nuestro paciente es nuestro sello de identidad.
Precisamente este punto es el que nos diferencia del resto: nos gusta que nuestros pacientes tengan a su alcance toda la información de la disponemos, y para encontrar la solución es muy importante escuchar las necesidades de cada paciente. En nuestro establecimiento encontrará a un personal dispuesto a escuchar con atención todo lo que tenga que decirnos para así conocer sus necesidades visuales de una manera profunda, permitiéndonos buscar de manera específica y personalizada la solución a sus problemas.
Queremos hacer gala precisamente de nuestro afán por hacer llegar la información al punto correcto, que es, nada más y nada menos que al usuario final, nuestro paciente. Por ello vamos a hablarles de algunas de las afecciones más comunes que se comienzan a notar en nuestros ojos a partir de los 40 años:
- Presbicia o como la conocemos coloquialmente, vista cansada. Es una afección que todos vamos a sufrir antes o después pasados los 40 años. No hay dos personas iguales y los ojos no son una excepción, por ello hay gente que nota sus síntomas más pronto y quienes hasta pasados los 50 apenas nota síntomas. El gesto más típico en personas con vista cansada es alejar el texto para poder leerlo mejor y esto es necesario cuando nuestro ojo pierde capacidad de enfoque, por ello cuanto más cerca ponemos las cosas, más dificultad se tiene para ver correctamente. Una gafa que nos ayude en actividades como leer o usar el ordenador será nuestra mejor aliada. Pero no se confíe, hay que renovarlas cada 4 años aproximadamente, ya que nuestros ojos van cansándose cada vez más y necesitan más ayuda con el tiempo.
- Cataratas. También variables en cuanto a edad de aparición, pero al igual que la presbicia, prácticamente inevitables si vivimos los suficientes años. Los síntomas habituales de las cataratas son casi universales: disminución de visión de manera progresiva (que no se soluciona cambiando la graduación de las gafas) y una excesiva sensibilidad a la claridad y la luz. A pesar de que no es un problema que se pueda solucionar en un establecimiento de óptica, haremos el seguimiento de su evolución y le indicaremos cuando es necesario acudir al sistema público de salud para poner en marcha la intervención quirúrgica de cataratas. Seguro que conoce usted a muchas personas que ya se han realizado esta operación, es muy sencilla, no requiere hospitalización y nos permite volver a ver de maravilla. Eso sí, después de la intervención será necesario cambiar las gafas, pues la graduación anterior ya no nos servirá. Siempre recomendamos a nuestros pacientes que esperen al menos un mes desde la operación para que el ojo haya cicatrizado correctamente, ya que será más fácil poder detectar sus nuevas necesidades y adaptarle las lentes a las mismas.
- Degeneración macular asociada a la edad. Su nombre completo nos da pistas, pues se asocia también a la edad, pero a diferencia de las dos anteriores afecciones, la degeneración macular no aparece en toda la población. Por desgracia, es una enfermedad que afecta gravemente a la visión y por lo tanto a la calidad de vida del paciente que la padece. Existen dos tipos de degeneraciones maculares, seca o húmeda. Ambas tienen tratamientos solamente paliativos, no curativos. Es importante comprender que el paciente que sufre de degeneración macular no tiene apenas posibilidad de mejora visual. Este punto es el más duro de comprender para quienes la sufren, y aquí es donde la información dada por el profesional cobra vital importancia. Las expectativas a la hora de afrontar la enfermedad deben ser claras, pues cuanto antes se comprenda su evolución natural, antes se podrá el paciente adaptar a sus nuevas condiciones de visión.
A pesar de que no podamos tratar la degeneración macular sí podemos monitorizar su evolución y evaluar cuándo es necesario acudir al hospital para ponerse en manos de los oftalmólogos. Una de las maneras más comunes de controlar esta enfermedad es mediante una sencilla lámina con el dibujo de una cuadrícula (rejilla de Amsler). Si precisa usted de una no dude en pasar por nuestra óptica, estaremos encantados de proporcionarle las que necesite y de enseñarle cómo se utiliza.
Rejilla de Amsler vista por un usuario sin degeneración macular.
- Glaucoma. Seguramente hayan ustedes oído hablar de esta enfermedad. Se trata de una afección que no siempre va asociada a la edad, pues se puede sufrir desde muy joven. Sin embargo las consecuencias de la enfermedad, de haberlas, se sufren cuando la enfermedad ha estado presente durante un largo periodo de tiempo. Relacionado con el glaucoma está la presión intraocular, comúnmente llamada tensión ocular. Cuando hablamos de una tensión ocular alta en realidad estamos hablando de un ojo con un mayor contenido en su interior del recomendado. Nuestro ojo no está vacío ni relleno de aire, está relleno de fluidos que se drenan y se crean de manera continua dentro del ojo. Cuando hay un desequilibrio entre su creación y su drenaje encontraremos una tensión ocular alterada, que por desgracia, no podemos regular de manera no farmacológica o quirúrgica. Es decir, no hay nada que pueda usted hacer como paciente en su casa para evitar que la tensión ocular baje: debemos ponernos en manos de los oftalmólogos. La tensión ocular alta produce un daño en las fibras de nuestro nervio óptico (que debemos imaginar como un cable de conexión entre ojo y cerebro) y esto es lo que produce, a la larga, una ceguera (pues se pierde la conexión entre ambos órganos). Por ello la detección temprana es tan importante, si se identifica una presión ocular elevada y se trata con los colirios adecuados, evitaremos un daño mayor en nuestro nervio óptico. No podemos recuperar la parte dañada pero podremos frenar el avance y el deterioro que se produce.
Si usted se siente identificado con los síntomas de cualquiera de estas afecciones mencionadas o tiene antecedentes familiares de las mismas, por favor, no dude en contactar con nosotros. Realizaremos una revisión completa de su visión, pero también de su tensión ocular, de la superficie y del fondo de ojo, para así evaluar el estado global de su salud ocular.
Deseando recibirles en nuestro centro, reciban un cordial saludo del equipo de Federópticos San Agustín. Nos pueden encontrar en Plaza de la Inmaculada, 1 de León o, si prefieren, ponerse en contacto con nosotros a través del teléfono 987242641.